Historias Insolitas

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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Cadáver de Hitler.


 La versión oficial sobre la muerte de Hitler es la siguiente: ingirió una cápsula de cianuro y, posteriormente, se pegó un tiro en la cabeza. Su mujer, Eva Braun, también tomó una cápsula de cianuro, la cual le provocó la muerte casi de inmediato.
Al cabo de quince minutos de haberse encerrado en una habitación de su búnker, sus ayudantes entraron en el habitáculo. Allí encontraron a Hitler doblado sobre sí mismo en un sillón exhibiendo una mueca deformada en su boca, con una pistola caída de su mano derecha, y con un hilo de sangre manchando su cara. Eva Braun no alcanzó a percutir su arma y estaba tendida a lo largo del diván.
Inmediatamente se sacaron ambos cuerpos y se llevaron al patio de la Cancillería, siendo depositados en un agujero de obús. Rociaron ambos cuerpos con gasolina y les prendieron fuego. Estaban presentes Goebbels y otros dignatarios. La caída de obuses rusos en el patio impidió que los restos se consumieran completamente, por lo que fueron enterrados superficialmente.
El 9 de mayo ambos cuerpos fueron encontrados por una unidad soviética. Los rusos no divulgaron mayor información, desencadenando toda suerte de mitos. Nadie sabe qué ocurrió con los restos mortales de Hitler y su esposa.

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