Imponentes, majestuosas. Las pirámides de Keops, Kefren y
Micerinos se alzan en medio del desierto de Gizah altivas. Te detienes frente a
ellas, y quedas absorto; tu mente perdida en el tiempo; en épocas de
conquistas; en épocas de Grandes Imperios… y sobre todo, en épocas de una
civilización que ha cautivado a la Humanidad por su grandeza, por sus
monumentos, por sus misterios.
Las pirámides, ¿cómo se construyeron?, nos preguntamos.
¿Cómo es posible que en una época sin los medios actuales, se pudiera construir
con tal perfección un monumento funerario capaz de albergar en su interior las
catedrales de Florencia, Milán, El Vaticano, Londres y la Abadía de
Westminster. La Gran Pirámide de Keops tiene 2.300.000 bloques de piedra caliza
de entre dos y quince toneladas cada uno. 230 metros en cada una de sus caras y
146 metros de altura. Por otro lado, su relación matemática perfecta: el doble
de la longitud de sus lados por su altura, el famoso número pi.
Muchos misterios, muchos secretos, y sobre todo, mucho
respeto. Misterios y respetos que, sin duda, se vieron aderezados por muchos
desastres ocurridos en relación a momias y tumbas egipcias. Recordemos, por
ejemplo, lo sucedido en el Valle de los Reyes, cuando Howard Carter descubrió
la tumba de Tutankamón un 17 de Febrero de 1.923. De la expedición que lo
acompañaba, en los 6 años posteriores, 35 personas murieron en condiciones
misteriosas. incluso, el perro de Lord Carnavon murió de un infarto fulminante.
Una inscripción grabada sobre tu tumba, desató el miedo:
“La muerte golpeará a quien perturbe el sueño del Faraón”
O qué decir del hundimiento del Titanic. Poco saben que en
el Titanic, un inglés llevaba en las bodegas la momia de una pitonisa de la
época de Amenofis IV. Esa momia llevaba un brazalete cuya inscripción rezaba:
“despierta de tu postración y el rayo de tus ojos aniquilará
a todos aquellos que quieran adueñarse de ti”
Son dos sucesos entre otros muchos que se han producido a
quien de un modo u otro han estado relacionados con aquel pasado egipcio, y que
han servido para que la construcción de las pirámides esté envuelta de un halo
misterioso que aún hoy se intenta desvelar.
Metafísicas aparte, poco a poco se van descubriendo nuevas
pistas que habilitan teorías cada vez más perfeccionadas sobre su construcción.
La primera pirámide construida fue la pirámide escalonada de Zóser en el año
2.650 a.C. para el Faraón Snefru, padre de Keops. Construida como una mastaba,
ha servido de base para el estudio de otras pirámides mayores. Así, el
arqueólogo alemán Guenter Dreyer formuló en el año 2005 una teoría según la
cual la construcción de las pirámides es una sucesión de montículos y muros que
se iban superponiendo, de modo que una pirámide no es sino un desarrollo del
concepto de la mastaba, a la que se le iban añadiendo muros.
El primer gran misterio en la construcción de todas las
pirámides y al que se enfrentan todas las teorías, es el de la elaboración de
las grandes piedras de las que se hacían uso. hay varias teorías, pero se cree
que las piedras se clasificaban según su dureza y apariencia, en caliza,
arenisca, alabastro y granito. Los egipcios usaban los estratos de mayor
calidad y extraían mediante galerías los materiales más resistentes a la
intemperie. Los bloques se cortaban con forma cuadrada o rectangular, y para
tallarlos y cortarlos se usaban mazos de madera y herramientas de cobre y
bronce. Hasta hace unos años, se pensaba que en las hendiduras se introducían
cuñas que al mojarse, se expandían y separaban la piedra. Pero dadas las
herramientas existente, ahora se afirma que se introducían cinceles y se
calzaban con cuñas, de modo que la presión era doble. Para las piedras duras se
golpeaban con un mazo de piedra dolerita. Otra teoría afirmaba que se encendían
fuegos y así el granito, por el calor, se rompía.
El segundo misterio al que enfrentarse es su forma
triangular. Se relaciona con el concepto de espiritualidad de los egipcios.
Este tipo de construcción era un vehículo para la continuación de su vida en el
más allá, de modo que asemejaban a una especie de escalera por la que el
espíritu del Faraón alcanzaba el cielo. Otras teorías apuntan a que su forma se
asimilaba a la de las montañas, dado que en la religión egipcia, las deidades
habitaban en las montañas.
Y por último, el tercer y gran misterio: el de su construcción.
Muchas son las teorías como decimos, pero la más fundamentada es la que se basa
en escritos de Herodoto, quien describía con todo lujo de detalles la
construcción de la Gran Pirámide de Gizeh. Según el historiador la pirámide fue
construida en 20 años y con 3.000 trabajadores. La pirámide constaba de varias
alturas, en las que se situaban poleas, de modo que una vez llegaba la piedra a
una de esas alturas, la polea la levantaba a la siguiente y así sucesivamente.
Pero dado que no había herramientas similares en esa época, pronto se desechó,
aunque sirvió para elaborar aquellas otras teorías que hoy resultan más
convincentes: de todos los bloques se procuraban encajar los externos, los
visibles, de modo que la construcción pareciera perfecta, pero los internos se
soltaban y luego se rellenaban los huecos con barro y piedra. Estos bloques se
subían por rampas exteriores, y a través de una especie de patines por los que
rodaban. De ellos tiraban unas poleas y se ayudaban de palancas. Al mismo
tiempo que se iba ganando altura, las partes acabadas se iban recubriendo a fin
de reafirmar el terreno y las pendientes. La punta de la Gran Pirámide se
recubrió con un gran piramidón de oro. finalmente, esas rampas exteriores, al
no estar bien ancladas, se habían perdido con el paso del tiempo.
Esta teoría echó por tierra aquella otra por la que se
postulaba que sólo existía una gran rampa que ascendía desde la base, en línea
recta, hasta el vértice, cosa bastante ilógica si se tiene en cuenta que con
una pendiente así, sería materialmente imposible subir las grandes piedras.
La última y gran teoría ha sido la publicada hace escasos
días, según la cual el francés Jean Pierre Houdin afirma que esas rampas
existieron realmente, pero por el interior de la pirámide.
Esta rampa interior en forma de túnel, facilitaba la
construcción de la pirámide desde el interior al exterior, y por ello requería
de menos herramientas, y ninguna polea. Según el francés, hubo dos retos:
construir la propia pirámide, y luego la cámara funeraria. Inicialmente, para
las primera alturas, se usó una rampa exterior. A partir de ahí, se construyó
la rampa en espiral a lo largo de la cual iban colocándose las piedras. Las
esquinas se tapaban posteriormente. Para los bloques superiores de la cámara
funeraria, afirma que se usaron contrapesos que ayudaban a alzar las piedras.
Y, por último, para los amantes de las creencias
extraterrestres, por supuesto, no podía faltar la hipótesis de la intervención
de seres de inteligencia superior. Von Daniken afirma que hoy día, nadie podría
construir una pirámide con la perfección de la de Keops, y si eso es así, la
implicación es clara, según él… sólo seres superiores pudieron aportar las
técnicas y conocimientos para su construcción. Entre sus seguidores, el propio
J.J. Benítez. quienes afirman que no sólo las pirámides tienen implicaciones
extraterrestre, sino otros muchos monumentos, como Macchu Pichu o Chichén Itzá.
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